Después de intentar cuadrar agendas una y otra vez, por fin tenía fecha para poder conocer y entrevistar a Laura Jiménez. Había costado un poco, pero cuando se tiene que atender a todas las obligaciones de la que dependen nuestras vidas, se entiende.
Llegué a la entrevista con nervios y expectativa, pues no conocía a Laura personalmente, tan solo había visto su dossier, cosa que me bastó para saber que el TALENTO, le corre por las venas.
Siempre es de agradecer que, alguien a quien acabas de conocer, te regale la confianza suficiente para que la entrevista sea lo más sencilla y agradable posible. En el caso de Laura, no solo fue así, si no que además nos abrió las puertas de su casa de par en par, dándonos paso a todas las estancias en las que un cuadro de ella estuviera presente. Ella misma, sin preguntarle, ya comentaba el por qué de cada cuadro.
Se notaba que no tenía especial predilección por alguno de ellos, pero sí que reconocía que a su familia le encantaba que siguieran colgados en el lugar que les correspondía. Ya nos dejó claro, desde el principio, que ni el realismo ni los retratos son su pasión.
El primer sitio que visitamos para ver la obra de Laura fue la casa de sus padres. Allí nos contó la estrecha relación entre el arte y la cocina.
Estaba avisado de que el proceso creativo de Laura me iba a sorprender; y así fue. El primer sitio que visitamos para ver la obra de Laura fue la casa de sus padres. Allí nos contó la estrecha relación entre el arte y la cocina. Sí, la cocina, habéis entendido bien, el lugar donde la sosa caústica, cera natural, sopletes, ollas, cazuelas y un sin fin de productos conforman su alacena de alquimista. Aquí es donde mi concepto sobre el arte eclosionó de manera estrepitosa. ¿Sosa caustica? la utilidad que yo le atribuía a la sosa caustica, no era la de crear obras pictóricas.
A partir de ese momento, mi mente se abrió a la manera en la que Laura entiende y plasma su particular visión del arte. Crear arte con sosa no es solo alucinante, si no que además dota a sus obras de vida, pues el clima que les rodea, les hace cambiar su tonalidad. Creadora de vida.
Desde niña ya se notaba lo especial que es Laura, LIBERTAD, TESÓN y CONFIANZA son los pilares que inconscientemente rigen en su vida. Vida que fue marcada por la presencia de alguien muy especial en su trayectoria. Durante las dos o tres horas en las que duró la entrevista (digo dos o tres horas por que la noción del tiempo se pierde cuando estás a gusto)
el nombre de Merche era una constante en sus frases. Laura la nombraba siempre con mucha familiaridad.
Cuando esto ocurre, por educación, solemos hacer como que sabemos de quién nos están hablando, pero claro, dada mi naturaleza curiosa, no pude evitar la pregunta. ¿Y quién es Merche?, se refería a la mismísima Mercedes Vandendorpe, reconocida artista plástica y visual y maestra de Laura.
Yo tengo la suerte de poder seguir teniendo contacto con un antiguo compañero de trabajo, ese tipo de compañeros que pasan por tu vida y dejan una huella bonita en tus recuerdos, compañeros que si descuelgas el teléfono te atienden. Pues gracias a él, tuve la suerte, la gran suerte, de poder conocer a Laura. Por eso creo que es importante, Laura, que leas esto de alguien que sé que es muy especial en tu vida.
Laura, de alumna a amiga.
“Conocí a Laura cuando, de niña, comenzó a acudir a mis clases de dibujo y pintura. Ya entonces me llamaron la atención su deseo de aprender, su calmada paciencia y su perseverancia, además de su curiosidad y de su entusiasmo.
Todas estas cualidades las ha ido puliendo lentamente y se asientan en el centro de todo lo que emprende. Ha heredado de su madre, además, el empeño por la impecabilidad y el trabajo bien hecho, y de su padre, el amor por la tierra. Sin duda Laura entiende de las cosas subterráneas y de la gravedad, del lento crecimiento de los árboles, y también del influjo de la luna.Sus proyectos mantienen siempre una conexión con lo orgánico y con los procesos de transformación, pues aunque tiene mucho que decir, sabe también escuchar; ha aprendido a dejar hablar a los materiales y a los colores, observando cómo van transformándose lentamente sobre el soporte, permitiendo que la obra crezca a su propio ritmo.
Laura sabe además hacer malabarismos con sus diferentes aéreas vitales; ha encontrado la forma de encajar su creatividad y su talento con un puesto de trabajo gratificante, involucra a su familia en sus visitas a ferias y a museos, y para sus hijos, pintar es tan natural como jugar.
Sigue nutriendo su hambre de aprendizaje, leyendo, cursando talleres, descubriendo nuevas técnicas… Y además de todo ello, tiene tiempo para sus amistades; siempre está disponible para un encuentro de esos que dejan poso, porque la comunicación con ella es verdadera, sincera, profunda, como lo es su camino y también su obra.
Mercedes Vandendorpe
Si todo esto fue un regalo para TALENTO, poder apreciar en vivo la obra de Laura fue un verdadero lujo para los que estuvimos presentes. Es impresionante poder captar el detalle de todos sus trabajos al natural y, aunque sé que arte figurativo no le gusta mucho, me fascinó el cuadro de matrícula de honor en la facultad de Bellas Artes, llamado por ella “Cabeza de Cordero”, y conocido en ese momento de forma graciosa como “La cabeza del Cordero de Dios”.
Laura es una de esas personas que te dan carga positiva en la vida. Mucha gente, cuando sale el tema, me suele hacer dos preguntas, la primera con curiosidad y la segunda con sorpresa. Son las preguntas que más me gusta responder y al mismo tiempo las que más me cuesta que entiendan, ya que hay cosas en esta vida en las que lo que manda no es el metal.
¿Qué tipo de beneficio sacas de la revista? ¿Y tú pierdes el tiempo en algo que no te genera ganancias?. Son preguntas que tolero porque entiendo, a veces, que hay personas que no comprenden que el beneficio no tiene por qué ser algo material.
Muchas gracias Laura por tu recibimiento y tu atención.